MUSICOS Y COMPOSITORES TARMEÑOS. CANCIONERO TARMEÑO. HUAYNO. MULIZA. TRISTE. YARAVI.CUENTOS.BIOGRAFIAS DE TARMEÑOS ILUSTRES.

jueves, 21 de mayo de 2009

PACO OYARZABAL


Título de la obra en español:
“Paco Oyarzabal”

Carátula: Fotos

Argumento: Músicos y Compositores.
Publicaciones:
Primera edición: agosto 2009 (edición rustica)


Walter Pérez Terrel
Licenciado en Ciencias Físicas y autor de textos, tesis, monografías y ensayos.
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Facultad de Ciencias Físicas, Lima Perú.


GRUPO EDITORIAL “MEGABYTE”
RUC: 1084182709
ISBN: 0-291-68745-9

DEDICATORIA
• A mi abuela, a mi madre, a mi compañera, a mi hija, a mi hermana, a mi tía, a mi sobrina, a mi ahijada y a mi amiga.
• A todas las Mujeres.
• A la Mujer.

(La mujer, está donde le corresponde. Millones de años de evolución no se han equivocado, pues la naturaleza tiene la capacidad de corregir sus propios defectos.)


Prólogo del autor

Desde que era un niño escuché al Centro Musical “Lira Tarmeña” y las voces del dúo Lavado y Pizarro, asistí con mis padres muchas veces al desaparecido Plaza de Toros de Tarma, hoy coliseo Manuel A. Odría, en años 1964, 1965, … donde se podía ver y escuchar a los artistas vernaculares de todo el Perú.
En 1982 conocí a don Juan Lavado Castro, el popular “Ventanita”, en Lima, cuando dio un concierto en el teatro Municipal en compañía de don Adrian Solano Cruz que dirigía con acierto al Centro “Musical Lira Tarmeña”. Desde entonces estuve en todas las actuaciones de Ventanita y la orquesta típica “Lira Tarmeña”. He venido a Tarma a visitar a don Juan Lavado decenas de veces, conversábamos muchas horas sobre los músicos y compositores tarmeños. Me contó su trayectoria artística y me confesó su admiración artística por Daniel Rojas Rojas. Sentía orgullo de su amistad franca y sincera con el general Manuel Odría, recordaba su asistencia a Palacio de Gobierno el día del cumpleaños del “General”.
Don Adrian Solano Cruz, me contó la historia de la fundación de la “Lira Tarmeña”, su amistad con Antidio Rojas García, su repentina desaparición, el misterio de la muerte de Antidio.
También tuve amistad con Pablo Oropeza de la Cruz y Pablo Navarro Lovera, colegas y amigos de Antidio Rojas García, que posteriormente confirmaron la versión de Adrian Solano sobre la causa de la muerte de Antidio Rojas García.
Me motiva esta publicación el compromiso moral con don Juan Lavado y don Adrian Solano, que dedicaron su vida en favor de la música tarmeña.
Los niños y los jóvenes tarmeños, tienen una herencia cultural que cuidar y desarrollar. Ningún otro pueblo tiene representantes ilustres como José Gálvez Barrenechea y Adolfo Vienrich de la Canal, menciono a dos de muchos otros. Los tarmeños tenemos razones suficientes para sentirnos orgullosos de nuestro pasado en los que se refiere a la música, a las danzas y nuestras tradiciones.


“Paco Oyarzabal”


Capítulo Nº 1
VILLA “SAN FRANCISCO”

Tarma, en 1819 era una de las Intendencias mas prosperas del antiguo Virreinato del Perú, dio el grito de libertad en noviembre de 1820, su primer prefecto fue el arriero argentino Don Francisco de Paula y Otero, en febrero de 1821 Tarma políticamente pasó a ser departamento, siendo ratificado como presidente del departamento de Tarma Don Francisco de Paula y Otero, fue departamento durante 2 años y nueve meses, siendo reducido por Simón Bolívar a un simple distrito de Pasco, hasta el 31 de diciembre de 1885. Tarma se convierte en provincia del departamento Junín el 31 de diciembre, ley que consigue en el parlamento el cajamarquino Don José Gálvez Egúsquiza, padre de José Gálvez Moreno y abuelo del poeta tarmeño José Gálvez Barrenechea.

Villa San Francisco pertenece a la comunidad campesina de Uchurracra que a su vez pertenece a la provincia de Tarma. En 1819 el valle era poblado por un menudo número de habitantes, las familias más representativas eran: los Arellano, peones de una hacienda cuyos propietarios residían en las minas de Cerro de Pasco y solamente en las épocas de cosechas viajaban a Villa San Francisco en Tarma, otra de las familias eran los Mancilla que tenían sus terrenos en el llano o pampas y los García a media falda de los cerros.

En estas tierras nace una leyenda, nos cuenta don Abel Palomino Mancilla. Las personas que tenían pocas áreas de terreno para el cultivo de papa y maíz, se dedicaban al transporte de aguardiente del valle de Chanchamayo con acémilas a los centros mineros de La Oroya, Morococha, Cerro de Pasco, las más codiciadas por los aventureros, especialmente por los gauchos que venían desde Argentina trayendo velas y carburo.

En este hermoso valle, de eucaliptos y tara-tara, vivían los Espinoza, un padre de avanzada edad y sus tres hijos con quienes viajaban a las minas de Cerro de Pasco, con sus mulas, 18 en total. En anciano padre agotado de los muchos años de trabajo quedó muy enfermo.

Ya que no tenía tierras significativas para repartir, el anciano decidió repartir sus mulas en partes directamente proporcionales. Lo repartió del siguiente modo:

“al mayor le corresponde la mitad, al segundo un tercio y al menor un noveno del total de las mulas”

Pero, sucede que en el último viaje, muere una de las mulas. El anciano padre sin llegarse a enterar, la muerte lo sorprende en su lecho. Ahora solo quedan 17 mulas, los herederos se veían en un grave problema, puesto que 17 no se podía dividir en un número entero de veces cuando el divisor es: dos, tres y nueve.

La razón es que, al repartirse le toca así:

Mayor, la mitad de 17:................................... mulas
Segundo, un tercio de 17:.............................. mulas
Menor, un noveno de 17:................................ mulas

Nadie en Villa San Francisco pudo solucionar el problema de los herederos, se llamó a los profesionales y ancianos de la provincia y tampoco pudieron.

Se encontraba en Tarma don Francisco de Paula y Otero que venía desde Argentina trayendo ceras, carburo y guitarras para vender en las minas de Cerro de Pasco, casado ya con una dama tarmeña que residía en Tarma. Se enteró del problema de los herederos en Villa San Francisco, tomó una de sus mulas diciendo:

-Este problema es fácil de resolver.
Ingresó a la casa de los Espinoza, y llamó a los herederos y les dijo:

- Tomen mi mula junto con lo que tu señor padre les dejó, procedan a repartirse, son 18 mulas en total.
Los herederos sorprendidos de la actitud de Don Francisco procedieron a repartirse las 18 mulas.

Este problema ya está resuelto dijo don Francisco, luego agarró la mula que trajo y se marchó a Tarma en medio de un clima de asombro y silencio.

Los testigos, no creían, tampoco imaginaban como lo repartió y volvieron a contar las mulas, nueve al mayor, más, seis al segundo, más, dos al hermano menor. Suman en total 17 mulas, no había ningún error.

Mayor, la mitad de 18:................................... 9 mulas
Segundo, un tercio de 18:.............................. 6 mulas
Menor, un noveno de 18:................................ 2 mulas

Esto nunca olvidaron en la Villa, años después llamaron al patrón del pueblo “San Francisco de Asís”.

Explicación: El error harto elemental reside en, el anciano al repartir sus mulas los hizo solamente del total de las mulas, lo verificamos sumando:
Sobrando de las mulas, razón por el cual, agarra uno, el que tajo don Francisco de Paula y Otero y se marcha a Tarma.


* FRANCISCO DE PAULA OTERO
Nació el 2 de abril del 1786. Jujuy, Argentina. Fue cadete en su país en 1807 renunciando para dedicarse al comercio, decidió partir al Perú, y llego a Tarma con los Muleros, trayendo las Mulizas (Vidalita) en 1817. En Tarma contrajo matrimonio con la tarmeña Petronila Avelaira y Sáltelo. Fue nombrado Gobernador Intendente, efectuó la proclamación de la Independencia el 28 de noviembre de 1820. Otero comenzó a organizar guerrillas patriotas, lanzándose contra las tropas españolas en Pasco, donde fue derrotado. En 1823 es nombrado Primer Jefe del Batallón Huánuco y del escuadrón de dragones, poniéndose a la orden de Bolívar. En Huánuco organizó el Regimiento Nº 1 peleando en las batallas de Junín y Ayacucho, fue nombrado por Sucre Jefe de Vanguardia luego General de Brigada. Concluida la guerra de Independencia fue nombrado Presidente del departamento de Arequipa (1825), Prefecto de Junín en 1827. En 1834 participo en el combate de Huaylachuco siendo ascendido a General de División. Retirado de la vida militar, falleció en Tarma el 13 de abril de 1854.



Capítulo Nº 2
PACO OYARZABAL

En 1965, nos conocimos en la escuela con Francisco Oyarzabal Pérez a quien le llamábamos “Paco” de cariño, él era nuevo para la mayoría del aula, en el mes de abril se iniciaron las clases, él casi no tenía amigos, mientras que Miguel Gamarra Soto, Alejandro García Mendoza y yo en la mesa circular verde conversábamos porque vivíamos de siempre en Villa San Francisco, nuestras sillas pequeñas de color verde eran plegables y estábamos los más pequeños de 5 y 6 años y nos llamaban transición “A”, mientras que los niños de 7 años se sentaban en carpetas para un par de estudiantes y les denominaban transición “B”. El padre de Paco trabajaba en la empresa “Cemento Andino”, se desempeñaba como operador de planta eléctrica en Carpapata ubicada en la ceja de selva, en el ingreso al gran valle de Chanchamayo, su mamá trabajaba en el campo y estaba siempre ocupada, fuera de la casa atendiendo la granja de cuyes, razón el cual Paco tenía que prepararse el desayuno y venir al colegio todas las mañanas de lunes a sábado, a veces llegaba tarde y mal vestido, y si llegaba temprano no desayunaba. En algunas oportunidades cuando su padre trabajaba en el turno noche llegaba a la casa a las 8:00 horas y se percataba que Paco no había desayunado, le traía la leche en una botella a las nueve de la mañana. Nuestra maestra sentía lastima y afecto especial por Paco.

La mamá de Paco, señora Teresa Pérez Gordillo, siempre estaba ocupada con el problema de la alfalfa para sus cuyes y sus vacas, y regresaba del campo a las diez de la mañana. Es que en el campo las personas trabajan desde la madrugada.

Nuestro amigo Paco también nació en la Villa, su padre don Pedro Oyarzabal Arellano trabajaba entonces en la ciudad de Condorcocha en la Fábrica de Cemento a 3 500 metros de altura sobre el nivel del mar, hace un frió terrible. Cuando el tenia 3 años a su padre lo trasladaron a Carpapata y llegaron a vivir en un campamento de obreros cerca del Río Yanamayo en el caserío de “Valdivia” que pertenece al distrito de Palca, un valle rico en pasto, de abundante hierbas aromáticas, de lomas cubierta de arbustos y flores, en este lugar vivió cerca de un año, luego se trasladaron al valle de Huayauníoc donde se encontraba el dique, quienes le llamaban la “toma de agua”, en el se almacenaba el agua para crear energía potencial y luego hacer mover las turbinas del motor que nos dará energía eléctrica el cual por cables metálicos se trasladará a la fábrica de cemento en Condorcocha.

Don Pedro era un hombre dinámico e inteligente, después de estudiar inglés, electricidad y avicultura por correspondencia en la “National School”, construyó una granja de patos, gansos y gallinas junto al dique de agua y Paco a los cinco años ya los atendía en sus alimentos y abrigo. También, Paco y su padre viajaban frecuentemente al valle de Chanchamayo, a 25 kilómetros de la Merced allí se encontraba “Villa Progreso” en el cual tenía un pariente llamando Luís Arellano Ventocilla, tío de don Pedro, quien le animó comprar 20 hectáreas de terreno para el cultivo de café, plátano, papaya, palto, naranja, mandarina, yuca, mango, piña, limón y otros frutos, es que nuestra selva peruana es generosa y maravillosa. Estos últimos años fueron muy duros para la familia de Paco, pero el anhelo de progreso no lo dejó notar.

En pocos meses Paco cumpliría los 6 años, entonces sus padres pensaban por la escuela en el cual lo matricularían, el centro escolar más cercano estaba en Palca, mientras titubeaban donde matricularlo, a un niño de la zona lo atropelló un camión al bajar del vehículo en movimiento, el padre del niño era un hombre bueno, carpintero, amigo de don Pedro, este fue el motivo para que Paco y su familia volvieran a Villa San Francisco.

Nuestra profesora, muy joven, se llamaba Yolanda Vásquez, delgada y de baja estatura con una sonrisa que difícilmente perdía, se mostraba atenta con los niños más pequeños y vestía siempre impecable y frase preferida era, “mis angelitos no griten tan fuerte”. Fue un año interesante, 1965, llegó la navidad, y Paco recibió un juguete de regalo, un camión militar a pilas, con el cual jugaba tratando de mantenerlo impecable.

En 1966, nos volvimos a encontrar en el aula esta vez en primer grado de primaria, cada uno contaba lo que había conocido en las vacaciones, todos estaban contentos y mostraban actitudes de regocijo y algarabía. Se sentía un olor a cuadernos, libros y lápices nuevos. En Transición fue “Marcelino” y “Coquito”, ahora lo sería el libro de lectura “Pablito” nuestro texto preferido.

Paco, nos contaba que muy pronto su padre se saldría de la empresa Cemento Andino y se dedicaría al comercio. Cierto día dijo:
- Mi papá se comprará un camión, el mismo llevará los productos desde Chanchamayo a mercado de mayorista en Lima.
Paco, siempre se mostraba extrovertido, contaba los problemas de su hogar, otras veces aventuras increíbles cuando se encontraba en el valle de Chanchamayo, a pesar de su corta edad era el compañero de su padre.

En la primera clase en 1966, se presento nuestra nueva profesora, se llamaba Berta González de Amarillo, una señora alta de contextura gruesa y muy seria, su mirada causaba temor, y dijo:
- Soy su nueva profesora, espero que todos se comporten bien, seré muy exigente en la puntualidad, el orden, la disciplina, la limpieza y revisare las tareas todos los días. Su primer trabajo de Comunicación, será la narración de sus vacaciones del presente año y deberán entregarlo en un pliego de papel oficio rayado y con buena ortografía y caligrafía.

Al siguiente día todos los alumnos entregamos los trabajos de narración, la siguiente fue el de Paco:

Después del año nuevo –cuenta Paco- mi padre me prometió llevar al majestuoso Valle de Chanchamayo donde había adquirido tierras de cultivo, el 15 de Enero mi padre viajó solo llevando 21 vacas con dirección a Villa Progreso en el valle de Chanchamayo, el tío de mi padre se llama Luís Arellano Ventocilla, quien le vendió las tierras con plantas de Palta, Naranja y Café. Después de una semana mi padre regreso del Chanchamayo. Y me dijo:

-Ahora regresaremos llevando las dos mulas.

En efecto, viajamos llevando dos mulas que mi abuelo Justino antes de su muerte le había regalado. Las mulas viajaron en un camión marca Ford del año 58 de color verde y carrocería color rojo, el propietario es amigo de mi padre, salimos muy temprano de la Villa, tenía ilusión de llegar a San Ramón y percibir el aroma a naranja, limón y caña de azúcar.
Al partir de Villa “San Francisco” mi madre mostrando su preocupación me dijo:

- Cuídate mucho hijito, tu padre es un “loco”, todo lo quiere hacer de inmediato.

Salimos de Villa San Francisco a las 6:00 horas, pasamos por el puente sobre el rio Tarma en Pomachaca, entramos a la carretera asfaltada y pasamos por La Florida, Acobamba, Palca, Vilcabamba, Valdivia, Huayauníoc, el camión iba muy lento, pasamos el túnel largo de Carpapata, para seguir por la carretera serpenteante, los choferes temen la curva convexa de “Mal Alma” y el estrecho paso de “Pan de Azuzar”. Es que la carretera de Tarma a La Merced es estrecha entre Carpapata y el Rio Yanango. El chofer del camión cantaba un verso triste diciendo:

Carreterita Tarma a Chanchamayo
había sido muy peligroso,
pasando el puente “Mal Alma”
casi, casi pierdo la vida.
y el estribillo decía:
A Chanchamayo te voy a llevar, (bis)
con los chunchos te voy a dejar. (bis)


A la entrada de San Ramón, pude observar las plantaciones de naranja ordenados en filas y columnas como matrices perfectas.
Cruzamos el largo puente sobre el rio Tarma en San Ramón y llegamos a la noble ciudad de La Merced a las 9:00 horas. En el mercado desayunamos con café, palta y yuca, yo extrañaba el pan de Tarma. Luego seguimos rumbo a “Villa Progreso”, llegamos después de media hora, bajamos a las mulas del camión a la orilla del Rió Chanchamayo que estaba en su caudal más elevado, pues era tiempo de lluvia. El trabajo más difícil fue trasladar a las mulas a través del Huaro, coche pequeño de 3 metros cuadrados, que cruza el Rió accionado por un motor eléctrico. Para que las mulas no se espanten le tapamos los ojos con una manta. Con mucho temor a que el Huaro se vuelque logramos pasar a la otra orilla. Ya habíamos pisado el Paraíso, de este lado del Rió, montamos cada uno una mula, cruzamos una chacra de paltos y otra de naranjos, observé gran cantidad de mariposas de colores múltiples, en sus alas observé números como el 3, 6, 8, 9 y otros que yo imaginaba, las lagartijas saltaban espantadas a cada paso, a dos kilómetros de distancia se encontraba la casa del tío “Lucho” a sí le decía mi padre y me acostumbré a llamarle “tío Lucho”. Desde lejos se veía una casa hermosa, me impresionó la construcción de la casa hecho sólo con madera, rodeado de flores multicolores y árboles de naranjos, mangos y paltos. Conocí a mis nuevos primos, todos se mostraban amables y con ganas de jugar fútbol en la cancha cerca de la casa grande.

Al día siguiente muy temprano nos fuimos a la chacra, a dos horas de camino, una hora de viaje se hizo por un camino amplio donde podían transitar algunos tractores y camiones que sacaban los productos de la chacra hasta la orilla del Rió junto al Huaro. Cruzamos chacras con plantación de piña, plátano y de café, y seguí observando diversos árboles y flores de gran variedad. De tiempo en tiempo se podía divisar una casa en la falda de los cerros y cada vez ascendíamos mas, pues la casa del “tío Lucho” se veía más abajo y muy pequeño. Después de dos horas llegamos a la chacra, se encontraba entre dos cerros colindando con el Rió Colorado, mi padre lo bautizó como “Fundo Gavilán”. Nos recibió el “mejorero” quien era amigo de mi padre. Al encargado de la chacra le llaman el “mejorero”, su trabajo es cuidar las plantas, talar los árboles que no producen frutos, quemar las hojas secas y troncos secos y luego su ceniza utiliza como abono de la siguiente siembra, su función es mejorar cada vez más la producción de éste fundo.

El “mejorero” se llama Feliciano Yañác, es natural de Ayacucho a igual que su esposa Felicita Chuchón, tienen cuatro hijos, dos mujeres y dos hombres, Fausto es de mi edad mientras que Augusto es mayor que yo por un año. La cabaña de don Feliciano Yañác, está ubicado junto al arroyo rodeado por muchos árboles, cerca de un riachuelo de dónde sacan el agua para el consumo diario, la acequia está rodeado de abundante plantas llamada “pituca”, que tiene hojas parecidas a las orejas del elefante, es un tubérculo que nos sirve de alimento.

El día siguiente fue lunes, juntamos las hojas de palmeras con ayuda de don Feliciano y su familia, para la construcción de una nueva cabaña, el cual nos tomó dos días de trabajo. Durante la semana, llegue a conocer las costumbres del lugar, mis amigos “Faustucha” y Agustucha” a sí le llamaban sus padres, me hablaban de los campas, los nativos del valle de Chanchamayo, parientes de Ashanincas. Conocí la zachavaca, el cupte, el zamaño y a otros animales del monte. El cupte se parece al conejo y el zamaño al perro, y de estos animalitos del monte se preparan ricos potajes.

Mi padre se encontraba trabajando a unos 300 metros, recortando las ramas de los árboles con un machete de mango largo, no lo podía ver, solo escuchaba el ruido de las ramas, de pronto uno de los perros ladraba:

- Guuuaaa, guuuaaa, y otra vez.

Nosotros que jugábamos cerca, pensábamos que el perro había encontrado un cupte, Fausto juraba que era un cupte, estos animales solo salen de noche a buscar alimento y de día se encuentran durmiendo escondidos en el monte. Augusto se acercó al perro y dijo que era una boa a quién el perro ladraba. Empecé a sentir miedo, nunca había visto una boa, solo en los libros de Ciencia y Ambiente. Y llamaron a mi padre que está cerca.

- ¡Señor Oyarzabal!, ¡Señor Oyarzabal!, ven por favor.

Y mi padre no tardó en llegar con su machete en mano, se acercó y de varios machetazos lo mató, enroscó en su machete a la boa muerta, y en su hombro lo cargó. Yo que iba adelante, lloraba de miedo, y mi padre muy molesto me dijo:

- Si ya está muerto, ¿por qué tienes miedo?

Al llegar a la cabaña, mi padre sacó su navaja lo cortó la piel por la mitad desde la cabeza hasta la cola, antes de que se enfriara, dicen que es muy difícil cortar la piel de boas y serpientes cuando esta fría, los nativos valoran mucho la piel de boa, lo usan como medicina natural.
Al día siguiente, miércoles, fuimos a bañarnos a la orilla del Rió Colorado que estaba a 30 minutos de camino desde la cabaña, pasando por el fundo de la familia Romero Ártica nuestro colindante, uno de sus hijos es profesor de la Escuela en Villa Progreso y toda ésta familia estimaba a mi padre. El agua del Rió es color rojizo, dicen por el color de la Tierra, una montaña de tierra arcillosa “puca”. Cuando estaba disfrutando del Sol y del agua tibia del rio, de pronto Augusto dijo:

- Vi una boa en el Rió que salió saltado como un pez, es grande como de 5 metros de largo.

Nos pegamos un gran susto, aunque yo no logré ver nada, empezamos a correr con la ropa en la mano, toda la falda del cerro, hasta llegar a la cumbre muy lejos del Rió. Desde ahí se veía un gran piñal, era el fundo “Kimiri”, que pertenecía a la familia Gallardo, observe un paisaje hermoso, lomas de color de verde, sol, nubes y quebradas. Augusto nos dijo:

- Para llegar al fundo “Kimiri” tenemos que caminar dos días, está muy lejos.

Después de 18 días, mi padre me dijo que era hora de regresar a Tarma. Al despedirnos de nuestros nuevos amigos, nos regalaron muchos productos como papaya, plátano, palta, mandarina, naranja, mango, limón y otros. Cuando llegamos a Villa Progreso teníamos varios cajones de frutas, un saco de yuca y otros bultos más. Viajamos en un ómnibus pequeño con carrocería de madera y hierro de la empresa “El Mensajero”, desde la Merced con destino a Tarma y luego a Villa San Francisco.

El ómnibus se detuvo en el paradero de Pomachaca, mi padre bajó los bultos y los guardo en la casa de un amigo, caminamos por la carretera que une a Pomachaca con la Unión Leticia, llevamos todo lo que se podía llevar en la espalda y en las manos, cruzamos el puente Pomachaca, llegamos al puquio en Jacahuasi, seguimos el camino en silencio con ganas de llegar a nuestra casita, pasamos por Umancocha hasta llegar al caserío de Paccha. Llegamos a nuestro domicilio a las 3:00 horas, en la madrugada, mi madre estaba dormida y no esperaba nuestra llegada. Me llené de alegría cuando cruce el zaguán de la casa grande en el caserío de “Paccha”, crucé el patio corriendo y entre al dormitorio de mi madre y le mostré los frutos que hicimos llegar con mi padre, pero mi madre no me hacía caso, sólo decía:

- ¿Cómo estas hijito?, ¿No te ha pasado nada?, ¿Por qué demoraron tanto?, ¿Has comido?, ¿estás bien?

Luego pude apreciar que sus ojos estaban acuosos, lloraba silenciosamente. A las 5:00 de la mañana me recordé de mi abuela, María Asunción, mi mama “Achica”, y me fui sin temor a la oscuridad, mientras mis padres conversaban, llevé en una canasta una yuca, cinco plátanos y dos paltas, pase el vado e ingresé por la quebrada, pude llegar muy rápido a la casa de mis abuelos maternos en el caserío de Uchurracra, se encontraba silenciosa, solo se escuchaba los silbidos de los pajarillos desde el bosque de eucaliptos. Toqué la puerta muy fuerte, con ganas de ver a mis abuelos y a mis tíos. De pronto salió por el balcón mi abuelo Esteban y dijo con voz gruesa, gritando:
- ¡Es “papín jaras”!)

Mi abuela me vio y se puso muy contenta, pude deducir de sus caricias, y le conté de mi viaje al “Fundo Gavilán”. Muy orgulloso de mi viaje y emocionado hasta las lágrimas le dije:

- Mamita, sabes, mamita buena, el “fundo Gavilán” es un Paraíso, mañana traeré todos los frutos que produce ésta chacra grande y generosa. Mi padre me ha prometido que te llevará a Chanchamayo el próximo viaje.

Así terminó la narración de Paco.

Pasaron los días y semanas, y Paco nos contó que su padre ya había renunciado la Empresa Cemento Andino.

Villa San Francisco, está formado por cuatro caseríos (villorrios): Umancocha, Paccha, Uchurracra y Aracasa. A su vez “Villa San Francisco” pertenece a la comunidad Campesina de Uchurracra. La comunidad tiene un territorio inmenso en las alturas, en la cumbre de los andes, donde los comuneros siembran: papa, trigo, cebada, avena, alverja, olluco, oca y mashgua. La sabiduría ancestral a enseñado a estos comuneros dividir el territorio en siete partes, en siete cerros, lo cual se van turnando para la siembra, de este modo hacen descansar a la tierra, a los apus. También, la comunidad tiene estancias de ovejas, vicuñas, alpacas, llamas y de ganado vacuno, en las mesetas. Los comuneros tienen un enorme potencial: siembran, cosechan, construyen caminos, carreteras, escuelas, posta médica, canales de regadío y acequias.
Éste es el verso que cantan los comuneros:

En una meseta verde
en la cumbre de los andes,
se encuentra mi alegre cabaña
rodeada de picachos,
salpicada de nieve
cual besos del sol.

Llegó el mes de mayo, en Villa San Francisco se realizó la fiesta el día 22 de mayo en honor al “Señor de Muruhuay”, éste año el mayordomo es don Máximo Contreras Córdova y su esposa Lucila, en el caserío de Aracasa. Esta fiesta es esparada con entusiasmo por la comunidad, para ver danzar a los chonguinos y escuchar la música emitida por la orquesta típica “Selección Tarma” que dirige don Hilario Guadalupe Arellano. Don Pedro Oyarzabal asistió a ésta fiesta con su esposa y sus hijos, donde después de brindar abundante chicha de jora y cerveza blanca con los paisanos y amigos, bailó con su esposa la chonguinada mostrando cadencia en cada paso.

El día miércoles muy temprano desde su domicilio en Paccha salió don Pedro Oyarzabal en dirección a Tarma, querría ver terminada la carrocería para su camión. En día jueves 24 de mayo la mamá de Paco llevó flores al mercado modelo, en Tarma. A la 1:00 p.m. salimos de la escuela fiscal ubicada en Uchurracra, para almorzar y luego regresar en la tarde, Paco estaba contento porque en su casa estaba su tía Eduarda que había llegado de Lima, es la hermana menor de su padre. Paco me contó cómo llegó a la casa y que sucedió después:
- Buenas tardes tía “Walla”

Luego preguntó a su tía:

¿Llegó mi mamá? ¿Regresó mi papá?

Y su tía, saliendo de la cocina, contestó:

- Tu mamá aún no regresa y tu papá no llega desde ayer. Pero es posible que lleguen a almorzar más tarde, ahora quiero que traigas un par de cabezas de lechuga y una cebolla de la huerta, me falta preparar la ensalada.

Paco cogió una pequeña canasta y un cuchillo y salió corriendo en dirección a la huerta que se encuentra al pie de la casa grande en Paccha, estaba contento, silbaba y reía, luego de 20 minutos regresó, cuando cruzó el zaguán vio a una mujer que lloraba, pero cargaba con una manta en su espalda a su hermana menor, y su tía también lloraba, pero Paco no entendía lo que pasaba, pero la mujer lloraba y decía:

- Don Pedro Oyarzabal ha muerto, ¡ay! Don Pedro ha muerto.

Y otra vez repetía lo mismo, lloraba y se quejaba.
Después de unos minutos, Paco analizó, fue entendiendo lo que realmente ocurría, y dijo:

- Mi papá ha muerto...

Pero, ¿qué es morir?, se preguntaba, salió corriendo en dirección a la casa de su abuela materna, ubicada en el caserío de Uchurracra, para contarle lo que había sucedido, no sabía ni cuándo ni en donde murió su padre, pero otra vez se preguntaba, ¿qué es morir?. Sus abuelos y tíos lloraban por la mala noticia que habían recibido. Al ver que sus tíos y abuelos lloraban, él empezó a llorar.

En la noche llegó el cadáver de don Pedro Oyarzabal, en el velorio en la casa grande en Paccha se especulaba cómo murió, un joven estudiante del colegio “San Ramón” dijo:

-El día miércoles vi a don Pedro tomando cerveza con el dueño de la fábrica de carrocerías el “chiclayano” en un restaurante entre las avenidas Paula de Otero y José Gálvez, junto al grifo “Lobitos”, justo en la esquina.

Otro joven agregó diciendo:

- Eran la 7 p.m., de noche, cuando salió corriendo del restaurante para alcanzar el autobús, y cayó en un buzón de desagüe abierto, sin tapa, se golpeó la cabeza y su muerte fue casi instantánea, pobrecito, era buena gente.

Otro hombre amigo de don Pedro que también lloraba, dijo:

- Don Pedro se fue muy joven, tan solo 29 años, con diez años de matrimonio, deja tres hijos y una viuda joven, vivía con prisa, y ahora que será de Paco, él es un niño de sólo 7 años, está en primer grado de primaria, pobre niño.

A Paco no le dejaban ver el cadáver de su padre, los familiares temían como iba a reaccionar, pero en un descuido de los parientes logró subir a una silla y abrió la ventana del ataúd que contenía el cadáver de su padre, lo observó un buen rato y luego empezó a llorar, todo los presente en el velorio abrazaron a Paco dándole consuelo. En ese momento Paco, un niño precoz de siete años, descubrió el dolor que se siente cuando se pierde al padre.

El día sábado a las 3 p.m. enterraron a Don Pedro Oyarzabal Arellano en el cementerio general de Villa “San Francisco”, todo el pueblo acompaño al cadáver a su última morada, don Pedro Oyarzabal era un hombre a quien las personas del pueblo querían mucho, pues llegó a ser el presidente de la Comunidad Campesina de Uchurracra, y para muchos fue un hombre progresista, laborioso, honrado, solidario y justo, en suma un hombre bueno.

Paco acompañó a su madre, el ataúd salió de la casa grande del caserío de Paccha por el camino curvo y polvoriento propio del mes de mayo, la familia contrató a un hombre para que hiciera el responso, cada cierto tramo se detenían y éste hacia llorar a los deudos con sus cantos y rezos. Paco, llorando al lado de su madre, vio como ingresaba el ataúd al nicho, lo taparon con un adobe y lo empastaron con yeso, luego un hombre joven escribió sobre el yeso blanco:

- Q.E.P.D. don Pedro Oyarzabal Arellano. (1937 – 1966)

De pronto, Paco Oyarzabal desapareció del cementerio que se encuentra en la cumbre del cerro, salió su madre a la puerta principal del cementerio y vio a Paco, estaba descendiendo por un camino serpenteante y polvoriento, vestido con chompa verde y pantalón azul, caminaba lento y cabeza gacha, la gente que rodeaba a la madre, observándolo decían:

-Pobre niño, ¿qué será de su vida sin su padre?


Capítulo Nº 3
La Resolución de un problema

Se encontraba en su lecho doña Estefanía De la Canal Vienrich enferma a causa de una enfermedad incurable, en una de las casas antiguas del tiempo de la colonia en el barrio de Mantarana, cerca del puente, junto al dique seco.

Su destino fue cruel, en su matrimonio tuvo dos hijos: Luís Allende y Miguel Allende, enviudando cuando Luís tenía siete años y Miguel cinco años, falleciendo su esposo en un accidente de tránsito en la Oroya.

En 1958 en segundas nupcias llegó a tener un tercer hijo llamado José Llavería De la Canal, pero este último matrimonio tampoco duró mucho tiempo, cuando José cumplía apenas un año su padre falleció cuando la camioneta que lo trasladaba de Huancayo a Huamanga se volcó en el trayecto. Doña Estefanía en sus momentos de meditación y melancolía decía: “Con que estrella nacería para tanto padecer, en que ofendí la fortuna eso quisiera saber”.

En mayo de 1969, Luís tenía 17 años y cursaba el quinto grado de secundaria, mientras que Miguel Allende cumpliría los quince años y ambos estudiaban en la gran unidad escolar “San Ramón”, José que cumplía once años el 22 de mayo, estudiaba el colegio “Mariscal Castilla” el quinto grado de primaria. José Llavería era el que más cariño demostraba a su madre que no gozaba de un equilibrio económico. La pobreza mata de hambre y dolor a los pobres. José tenía fama de buen canillita, incansable en su labor. Luís y Miguel miraban con indiferencia a José por ser de otro padre, esta actitud martirizaba a doña Estefanía. Le pedían la cuenta la ganancia por las ventas de los periódicos, y le obligaban a salir temprano a vender, mientras que para ellos no existía ninguna tarea para mejorar la alicaída economía familiar.

Doña Estefanía presintiendo su partida de esta tierra, decidió repartir entre sus hijos en partes proporcionales 24 monedas que había heredado de sus abuelos por parte de padre. En su testamento redactado decía:

“A Luís la mitad, a Miguel un cuarto y a José un sexto del total de las monedas”.

Pero, unos días después, Luís sufre un accidente en el colegio, se rompe la clavícula jugando un partido de fútbol, defendiendo las vallas de su colegio frente al aguerrido colegio “San Vicente de Paúl”, con esta noticia empeoraba la salud de madre, soportando una grave economía a causa de su prolongada enfermedad. Para satisfacer los gastos que ocasionó los servicios médicos de Luís, la madre utilizó una de las 24 monedas.

En la madrugada, el 26 de noviembre de 1969, cuando José estaba vendiendo los periódicos en la esquina del mercado, doña Estefanía dejo de existir.

No teniendo dinero suficiente para enterrar a su madre, José acudió a una de las amigas de su madre en vida, la señora Carmen Mendizábal de Otero, pidiéndole prestado cierta cantidad de dinero que cubría los gastos básicos, prometiéndole devolver en el menor tiempo posible.

Esta tragedia esperada, fue lamentable para José. Los hermanos mayores decidieron deshacerse del último hermano por considerarlo una carga para ellos.

Enterado del testamento de su madre Luís acudió a primeras horas a la oficiaban del notario señor Adolfo Macassi Aguilar. Grande fue la desilusión de Luís Allende cuando solamente encontraron las 23 monedas de 24 que especificaba el testamento. Los hermanos acusaban a José Llavería De la Canal por haber usurpado la moneda que faltaba.

La autoridad respetando, la proporción estimada por su madre trato de repartir las 23 monedas, del siguiente modo:

Luís: la mitad de 23 monedas, luego le toca: monedas
Miguel: un cuarto de 23 monedas, luego le toca: monedas
José: un sexto de las 23 monedas, luego le toca: monedas

Pero, se puso el manifiesto el descontento de los hermanos mayores, pidiendo que se reparta en partes enteras, además pidieron que reduzcan a José a solo tres monedas. Fracasando su objetivo, puesto que el juez se aferraba a la frase que especificaba el documento dictado por la madre: “del total de monedas que dejo”.

José Llavería al enterarse del descontento de sus hermanos, pensó en la posibilidad de renunciar a la herencia de las monedas. Pero José que siempre había destacado en matemáticas, se puso a estudiar, el reparto de una cantidad, en sus textos de aritmética. Pero no pudo resolverlo.

Entonces pidió ayuda a su amigo y compañero de clase Paco Oyarzabal. Después de muchas horas de estudio, Paco encontró un error en el reparto de las monedas. Y dijo:

- Estimado José ya tengo la solución del problema.
- Pero antes tenemos que conseguir una moneda de oro.

Al día siguiente, José se encontró en forma casual con el Dr. Antonio Cantella Santillana, médico que entendió a su madre y a su hermano Luís cuando se rompió la clavícula. El doctor Cantella gozaba del respeto y cariño de los hombres y mujeres de esta hermosa ciudad, por su pronunciada preocupación por los pobres, a quienes muchas veces no cobraba sus honorarios. Luego que escuchar la explicación de José, decidió prestarle una moneda, y al despedirse le dijo a José:

- Estimado José, estaré presente en el momento de la repartición de la herencia, el notario don Adolfo Macassi Aguilar es mi amigo, y aprovecharé para decirle algo muy importante a tus hermanos.

El día martes 1° de julio a las 8 de la mañana, en la casa de la difunta Estefanía De la Canal, se encontraban los tres hermanos, Paco Oyarzabal, el notario don Adolfo Macassi y el médico Dr. Antonio Cantella. El púber José pidió la palabra a los presentes y dirigiéndose a sus hermanos les dijo:

- Soy inocente, nunca he tocado una moneda de mi madre, pero con el solo propósito de resolver el problema haremos cuenta que así fue, y aquí tienen una moneda igual, tomen junto con las 23 monedas y procedan a repartirse.
- Los hermanos de José no entendieron este gesto noble, inteligente y desprendido, tan solo las interesaba las monedas.
El notario procedió a repartir las 24 monedas del siguiente modo:

Luís: la mitad de 24 monedas, luego le toca: 12 monedas

Miguel: un cuarto de 24 monedas, luego le toca: 6 monedas

José: un sexto de las 24 monedas, luego le toca: 4 monedas

Luís y Miguel muy contentos tomaron las monedas. Luís le dijo a Miguel:

- De aquí nos vamos directamente a una casa de cambios de monedas antiguas de oro y de plata.

Pero al final sobraron dos monedas más, porque, 12 más 6 más 4, es 22. El notario enterado del préstamo realizado por José y como agradecimiento a su colaboración para resolver el problema decidió darle las dos monedas restantes.

De inmediato se acercó al doctor Cantella que estaba junto a sus hermanos y le dijo:

- Aquí tiene su moneda, que me prestó, muchas gracias doctor Antonio Cantella.

Le dio un apretón de manos, como un hombrecito correcto.

El doctor Cantella pidió silencio a los presentes, dirigiéndose a los tres hermanos y dijo:

- Su señora madre, Estefanía, en vida, me pagó con esta moneda los gastos de medicina cuando lo atendí en mi consultorio a usted joven Luís. Pues han cometido una injusticia con su hermano menor, acusándolo del hurto de una moneda.

Luís y Miguel, miraban avergonzados a José. Luego se acercaron y le dijeron:

- Hermano José acepta nuestras disculpas por todo, perdónanos por este error, jamás volveremos a dudar de ti.

Miguel agregó:

- Desde hoy en adelante viviremos los tres hermanos juntos, con la bendición de nuestra querida madre.

Paco Oyarzabal se acercó a José y le dijo:

-Me alegro por ti José, espero que seas muy feliz junto a tus hermanos.

Y José respondió:

-Gracias por tu ayuda Paco, y quiero que aceptes una moneda de oro por resolver este problema matemático tan complicado.

Y agrego:

-¿Cómo lograste resolver el problema? , explíqueme por favor.

Pero Paco no respondió, solamente sonreía.

¿Cómo resolvió Paco Oyarzabal este problema tan complicado?

La explicación a este problema es: doña Estefanía De la Canal del total de sus monedas tan solo repartió del total, esto lo verificamos sumado: ½ mas ¼ mas , siendo la suma . Sobrado: del total, razón por la cual sobran dos monedas.




Capítulo Nº 4
El maestro de Ciencias Naturales

En marzo de 1972 nos matriculamos en el colegio “San Ramón”, en el segundo grado de secundaria, en el turno mañana. Paco Oyarzabal siempre destacó en matemática. Y muy preocupado dijo:

- ¿Cómo será nuestro profesor de Ciencias Naturales?

Pero, un día lunes, conocimos a nuestro profesor de Ciencias Naturales, el licenciado Rolando Márquez Ramírez, nuestra primera impresión fue de un maestro rígido en la disciplina, muy pegado a las normas conductuales, recordaba siempre a los estudiantes las normas de convivencia en el aula. Era partidario de una enseñanza en base a valores. Pero poco a poco, logramos tenerle afecto a pesar de su duro carácter.

Saludaba a las alumnas y los alumnos con un apretón de manos, en recreo siempre se encontraba rodeado de estudiantes, donde respondía toda tipo de preguntas, temas de ciencia, astronomía, geografía, historia y actualidad política.

Nuestro maestro leía el “libro de Mormón”, “Doctrina y Convenios” y “La Perla de gran Precio”, era un creyente, asistía con vestido impecable, terno, camisa blanca y corbata, todos los domingos a la capilla de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días.

En semana Santa, viernes santo, jueves santo y sábado gloria, en Tarma asistimos a la plaza a observar las alfombras hechas con flores. Las comunidades campesinas como Uchurracra, Tupín, y otros, participan haciendo las alfombras, también los barrios de Jacahuasi, Sacsamarca, Mullucro, Huínco, Huanuquillo, Tarmatambo, Huaricolca, y otros villorrios. “Sólo en Tarma se pinta con flores frescas”.

El periodista Raymundo Zurita, decía por la radio (“San Juan”):
-Cuatro toneladas de flores naturales y media tonelada de café se emplearán en la provincia de Tarma para elaborar las hermosas alfombras y arcos que se lucirán este Viernes Santo, con motivo de la salida del Santo Sepulcro por Semana Santa, informó la municipalidad provincial.

Agrega el periodista:

-Erick Agreda, subgerente de Turismo de la comuna, informó que en esta oportunidad participarán en la confección de los arreglos un total de 54 comunidades campesinas, las cuales están integradas entre 60 y 120 pobladores cada una.
Asimismo instituciones públicas y privadas, universidades, centros educativos, familias, entre otros.
“Estamos batiendo récord en lo que corresponde la participación de comunidades campesinas en relación a otros años”
Explicó que éste Viernes Santo las alfombras, que miden aproximadamente 10 metros de largo por cuatro de ancho, se extenderán alrededor de todo el Centro Histórico de Tarma.
Los arcos (pincos) y las alfombras serán confeccionados con flores nativas como el arrayán, rima rima, airampo, el geranio, el alhelí, entre otras.
“Esta obra de arte concita la atención de los miles de turistas que llegan hasta Tarma para participar de las actividades religiosas y se quedan impresionados porque se utilizan flores naturales y nativas en el caso de las comunidades, no son teñidas, y el café se emplea para delinear los dibujos”, precisó.
Mencionó que este año se desarrollarán concursos sobre la mejor alfombra, los cuales se realizarán en tres categorías: colegios, instituciones privadas y comunidades campesinas.
Erick Agreda indicó que el Domingo de Pascua de Resurrección también se confeccionan alfombras, pero sólo se considera el perímetro de la plaza de Armas de Tarma, por lo que se emplean dos toneladas de flores y compiten las comunidades campesinas.
Refirió que los hoteles más grandes de Tarma ya están copados, pero aún hay disponibilidad en establecimientos hoteleros más pequeños.
Además, dijo que se ha redoblado el personal de la Policía Nacional y Municipal, para resguardar la integridad de los visitantes y de la población.
Durante la Semana Santa tarmeña destacan los platos típicos como la pachamanca, el picante de cuy (que se prepara a base de ají colorado), el puchero, la patasca, el caldo de gallina, el locro, entre otros.

Días antes nuestro profesor Rolando Márquez Ramírez nos habló de la expiación. Dijo:

- Jesucristo “… vino al mundo…para ser crucificado por los hombres y para llevar los pecados del mundo, y para santificarlo y limpiarlo de toda iniquidad; para que por medio de él fuesen salvos todos”.
La expiación del Unigénito Hijo de Dios en la carne es el fundamento crucial sobre el cual descansa toda doctrina cristiana y la expresión más grandiosa de amor divino que ha recibido este mundo en toda su existencia.

La expiación de Jesucristo era indispensable debido a que la caída de Adán trajo al mundo dos tipos de muertes:

1. La muerte física trajo la separación del espíritu y el cuerpo;
2. y la muerte espiritual, la separación de la presencia de Dios, tanto del cuerpo como del espíritu.
La expiación fue un acto pre ordenado pero voluntario del Hijo Unigénito de Dios, en el cual Él ofreció Su vida y Su angustia espiritual como rescate redentor por los efectos que tuvo la caída de Adán sobre toda la humanidad y por los pecados personales de todos los que se arrepintieran.

Sobre la expiación y el desafío personal Cristo dijo: “Porque he aquí, yo, Dios he padecido estas cosas por todos, para que no padezcan, si se arrepienten… mas si no se arrepienten, tendrán que padecer así como yo…”.

Luego el profesor Rolando recitó el siguiente poema, muy sentido, que sus estudiantes aplaudimos muy fuerte:

Siento al Espíritu Santo que camina
tan en mí, con la tarde y con el mar.
Con él vamos juntos. Anochece,
con él anochecemos en orfandad…

Siento a Dios tan cerca. Y parece
que él me dicta no sé qué buen color.
Como un hospitalario, es bueno y triste;
musita un dulce desdén de enamorado:
debe dolerle mucho el corazón.

Oh, Dios mío, recién a ti me llego,
hoy que amo tanto en esta tarde; hoy
que en la falsa balanza de dos hemisferios,
mido y lloro una frágil Creación.

Y tú, cuál llorarás…tú, enamorado
de tan enorme esfera giratoria…
Yo te consagro Dios, porque amas tanto;
porque jamás sonríes; porque siempre
debe dolerte mucho el corazón.

Finalizó diciendo: Lo dejo en nombre de nuestro amado Señor Jesucristo, AMEN.

Días antes del segundo domingo de mayo nuestro maestro se quedó conversando en el patio del colegio con un grupo de estudiantes, todos querríamos saber acerca de su iglesia, de la verdadera iglesia de Jesucristo, y él con mucha paciencia nos explicó acerca del “Plan de Salvación”:
Dijo:

¿Qué es el plan de Salvación?

-El “Plan de Salvación” es el plan que Dios tiene para la felicidad de Sus hijos, y se centra en la expiación de Jesucristo. Si usted sigue las enseñanzas de Jesucristo, encontrará paz interior perdurable en esta vida y gozo eterno después de la muerte.
Al aprender acerca del Plan de Salvación, usted encontrará la respuesta a éstas preguntas: “¿De dónde vine?”, “¿Cuál es mi propósito de vida?”, “¿A dónde iré después de esta vida?”

Luego nuestro maestro, siguió respondiendo a cada pregunta:

¿De dónde vine?

Su vida no comenzó al momento de nacer, ni terminara al morir. Ha sido creado por un cuerpo espiritual (alma) y con un cuerpo físico (carne). Nuestro Padre Celestial creo su espíritu, y usted vivió con Él en calidad de espíritu antes de nacer en la Tierra. Lo conoció y lo amó a Él, y Él lo conoció y lo amó a usted. A este periodo se le llama vida preterrenal.
A lo largo de su vida preterrenal, se le enseñaron principios y mandamientos que conducirán a la felicidad. Usted aumento en inteligencia y aprendió a amar la verdad, y se le enseñó el Plan de Salvación. Durante esa vida preterrenal, Jesucristo fue escogido como el Salvador; usted aprendió que por medio de Él podría vencer las consecuencias ocasionadas por las malas decisiones.
Una parte primordial del plan de Dios fue que usted viniera a la tierra a recibir un cuerpo físico y aprender a tomar decisiones correctas. Usted no recordaría el haber vivido en la presencia de nuestro Padre Celestial, pero Él le proporcionaría la capacidad de distinguir entre el bien y el mal; podría reconocer Su amor y Su verdad. A través de sus experiencias y pruebas, aprendería a tomar decisiones correctas constantemente. Con la ayuda de Jesucristo, podría regresar a vivir con nuestro Padre celestial una vez que su vida llegase a su fin. En su vida preterrenal, usted aprendió que sólo al tomar la decisión de seguir el plan de Dios recibiría paz y satisfacciones duraderas en esta vida y por la eternidad. Debido a que Él le ama, nuestro Padre Celestial le proporcionó el albedrío, o sea el poder de tomar decisiones. Él le permitió decidir si seguiría su Plan y al Señor Jesucristo.

Satanás (diablo), uno de los hijos espirituales de Dios, se reveló en contra de nuestro Padre Celestial y no aceptó Su Plan. El quería obligarnos a todos a hacer su voluntad. Lamentablemente, muchos de los hijos de nuestro Padre Celestial optaron por seguir a Satanás, y tanto él como sus seguidores fueron echados de la presencia de Dios y no se les permitió nacer en la tierra. Ellos aún existen como espíritus; son muy desdichados, y quieren que usted también lo sea. Ellos lo tientan a usted ya todos los hijos de Dios a cometer actos que les traerán desdicha y que no son agradables ante Dios.
En la vida preterrenal, usted optó por tener fe en Jesucristo y seguir el plan de Dios. Debido a las decisiones que tomó, usted nació en la tierra. Únicamente si toma esas mismas decisiones encontrara paz en esta vida y podrá regresar a vivir con nuestro Padre Celestial después de que esta vida llegue a su fin.

¿Cuál es mi propósito en la vida?

La tierra fue creada para ser un lugar en donde los hijos de nuestro Padre Celestial pudieran vivir y obtener experiencia. Adán y Eva fueron los primeros hijos de Dios en venir a la tierra; vivieron en un lugar llamado el Jardín de Edén, en donde aun se encontraban en la presencia de Dios.
Nuestro Padre Celestial dio a Adán y a Eva el albedrío, o sea, la libertad de escoger. Les mandó que no comiesen el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. El obedecer ese mandamiento significaba que podrían permanecer en el jardín de Edén, pero que no podrían progresar al aprender por medio de las experiencias y los desafíos. Satanás tentó a Adán y a Eva para que comiesen el fruto prohibido, y ellos eligieron hacerlo; era parte del plan de Dios. Debido a su decisión, fueron separados de la presencia de Dios, tanto física como espiritualmente; se volvieron mortales, o sea, estaban sujetos al pecado y a la muerte; y no podrían volver a Él sin su ayuda. A su separación de Dios, tanto física como espiritual, se llama “la Caída”.
Después de la Caída, nuestro Padre Celestial envió ángeles y al Espíritu Santo para que enseñaran a Adán y a Eva el Plan de Salvación. La expiación de Jesucristo es la parte central de este plan, la cual permite que los hijos de Dios superen los efectos ocasionados por la Caída y tengan gozo en esta vida y en la eternidad.
Debido a la Caída, usted está separado de Dios, tanto física como espiritualmente. Esa separación es parte del plan de Dios para Sus hijos. El propósito que usted dejara Su presencia para venir a la tierra incluye el adquirir un cuerpo físico, obtener experiencia y aprender, y aprender a tomar las decisiones correctas.
Muchos aspectos de la vida brindan felicidad, mientras que otros traen pesar. Esas experiencias le ayudad a aprender a distinguir entre el bien y el mal, y a tomar decisiones correctas. Dios influye en usted para hacer el bien y para que le siga, mientras que Satanás lo tienta par que no haga caso a Dios y cometa pecados. El pecar es optar deliberadamente por no hacer lo correcto. Si usted elige seguir a Dios y guardar Sus mandamientos, progresa en sabiduría y fortaleza de carácter; puede experimentar gozo aun en momentos de tribulación, y puede afrontar los desafíos de la vida con un espíritu de paz.
Usted ha tomado muchas buenas decisiones en su vida, pero también ha tomado algunas malas. Cuando toma malas decisiones y peca, en cierta forma se aleja de Dios. En las Escrituras, a esta separación se le llama muerte espiritual. Además de alejarse de Dios, el pecado también hace que se sienta culpable y avergonzado. Usted solo no puede vencer el pecado ni sus consecuencias.
Debido a que nuestro Padre Celestial lo ama, envió a Su Hijo Jesucristo a pagar por los pecados de usted. Ese pago es parte de la expiación de Jesucristo. Él sufrió voluntariamente por los pecados, los dolores, las enfermedades y las penas de usted. Por medio de Su gracia y Su misericordia, Él puede ayudarlo con sus pruebas y aliviarlo de culpa y de la pena que son el resultado de sus pecados.
Al pagar por sus pecados, Jesús no lo privó de su albedrio ni de su responsabilidad personal; Él no lo purificará en contra de su voluntad. Para recibir Su ayuda y Su fortaleza, usted debe ejercer fe en el Él, arrepentirse, ser bautizado, recibir el Espíritu Santo y optar por seguir sus enseñanzas el resto de su vida. Al confiar en la Expiación, usted sentirá el amor de Dios y Él lo ayudara a soportar sus pruebas; y usted sentirá gozo, paz y consuelo. Todo lo que parece ser injusto en la vida se rectificará a través de la expiación de Jesucristo y de la misericordia y del amor de nuestro Padre Celestial. La Expiación es el núcleo del Plan de Salvación.

¿A dónde iré después de esta vida?

Desde una perspectiva terrenal, se puede pensar que la muerte física e el fin, pero en realidad es el principio, un paso a seguir el plan de nuestro Padre Celestial. Al morir, su espíritu abandonará su cuerpo físico e ira al mundo de los espíritus, el cual es un lugar de aprendizaje y de preparación. En el mundo de los espíritus, los recuerdos que tenga de esta vida permanecerán con usted.
La muerte no cambiara su personalidad ni su deseo por lo que es bueno o malo. Si elige seguir a Cristo durante su vida en la tierra, estará en paz en el mundo de los espíritus y descansará de preocupaciones. Aquellos que no opten por seguir a Jesucristo y no se arrepienten serán desdichados.
Nuestro Padre Celestial sabia que muchos de sus hijos nunca tendrían la oportunidad de aprender acerca de Jesucristo durante esta vida y que otros preferirían no seguirlo. Debido a que Él ama a Sus hijos, Dios proporcionó la forma para que quienes están en el mundo de los espíritus aprendan acerca de Su plan, tengan fe en Jesucristo y se arrepientan. Aquellos que acepten y sigan a Jesucristo tendrán paz y descanso.

Un de los grandes dones de Dios para todo aquel que viene a la tierra en la Resurrección, la cual es posible a través de la expiación de Jesucristo. Cuando Jesús murió en la cruz, Su espíritu fue al mundo de los espíritus. Tres días después, Su espíritu se reunió con su cuerpo glorificado y perfecto, el cual ya no podía morir. A ésta unión del cuerpo físico y del espíritu se le llama resurrección. Todo el que nace en la tierra será resucitado.
Después de que usted sea resucitado, comparecerá ante Dios para ser juzgado de acuerdo con sus obras y los deseos de su corazón.

-Todos mis compañeros hemos seguido con atención la extensa explicación acerca del Plan de Salvación. Finalmente Paco Oyarzabal preguntó:

¿Cuáles son los grados de gloria?

Después de que usted sea juzgado, vivirá en un estado de gloria. Debido a que sus obras y los deseos de cada persona son distintos, en el cielo existen diferentes reinos, o grados de gloria.

1. El reino celestial. Nuestro Padre Celestial y Jesucristo moran en el reino celestial. Si usted vive de acuerdo con el Evangelio de Jesucristo y es purificado del pecado mediante la Expiación, recibirá un lugar en este, el reino más alto; vivirá en presencia de Dios y disfrutará de un gozo pleno.

2. El reino terrestre. Las personas que rehúsen aceptar el evangelio de Jesucristo, pero que vivan una vida honorable recibirán un lugar en el reino terrestre.

3. El reino telestial. Aquellos que continúen en los pecados y que no se arrepientan recibirán un lugar en el reino de menor grado.

ETAPAS DEL PLAN DE DIOS
I La vida preterrenal (espíritu)
II La vida en la Tierra (espíritu y cuerpo físico)
III El mundo de los espíritus (espíritu)
IV Grados de gloria (espíritu y cuerpo físico)

¿Qué significado tiene el Plan de Dios?

Al comprender que Dios es su Padre, que Él lo ama y que ha hecho posible que tenga experiencia y conocimiento aquí, y llegue a ser como Él después de esta vida, usted sabe la importancia que tienen sus decisiones durante esta vida; y comprende que debe seguir a Jesucristo para recibir la plenitud de las bendiciones del plan de nuestro Padre Celestial.

-Después de esta charla amena, le dimos gracias a nuestro maestro. Antes de retirarnos nos dijo:

- El segundo domingo de mayo se celebra el “Día de la Madre” en muchos países del Mundo. En la capilla de mi barrio el Obispo contó este diálogo ficticio y didáctico entre Dios y el hombre, dedicado a todas las madres.

Los hombres y mujeres habitaron como espíritus junto al Padre Celestial y su Hijo Jesús, en la vida preterrenal. Cuando aceptamos el Plan de nuestro Padre Celestial, los hombres y mujeres nacemos en la Tierra, adoptando un cuerpo físico (de carne y hueso). Víspera de nuestro nacimiento nos despedimos de nuestro Padre Celestial.

- Se produce el siguiente Diálogo entre Dios y el hombre:

HOMBRE: Padre Celestial no quiero ir a la Tierra, yo soy feliz aquí, junto a Usted y su Hijo Jesús, pues aquí nada me hace falta.

- Faltan minutos para el nacimiento del hombre en la Tierra, y el hombre ve alejarse a Dios.

DIOS: El Plan está en marcha, en breve nacerás en la Tierra.

- El hombre como espíritu se encuentra resignado a cumplir el Plan de Dios
.
HOMBRE: ¿Cómo regresar a tu presencia Padre Eterno?
DIOS: En la Tierra debes seguir a Jesucristo para recibir la plenitud de las bendiciones del Plan.
HOMBRE: ¿Quién cuidará de mí en la Tierra?
DIOS: Hay una mujer que cuidará de ti, ella es un ser maravilloso y es capaz de dar su propia vida por ti.
HOMBRE: ¿Dime por favor cómo se llama para buscarla?

- El hombre observa a Dios desde muy lejos.

DIOS: será muy fácil encontrarla, sólo diga ¡MAMÁ!

- Y el hombre recién nacido lloró muy fuerte, en brazos de su madre.

Lo dejo en nombre de nuestro amado Señor Jesucristo, AMEN.

En el mes de junio era considerado el “mejor profesor” del colegio, según la encuesta hecha a los profesores por los estudiantes de la promoción 1972.

En el recreo regalaba caramelos y bizcochos a los niños que mejor comportamiento tenían en la formación general del día lunes, a quienes pedía que canten fuerte, muy fuerte, el Himno Nacional y también el himno del colegio.

A veces pienso que nuestro maestro buscaba siempre justificaciones para premiar a los niños, púberes y adolescentes.

Todos los estudiantes estaban contentos por su forma didáctica y amena en que enseñaba la asignatura de Ciencias Naturales. Iniciaba su clase con una motivación, en base a anécdotas y biografías de científicos famosos.

En el mes de julio desarrollamos el tema de energía, y nos dimos cuenta que a nuestro profesor le fascinaba hablar de la vida y obra de Albert Einstein Koch y de la Teoría de la Relatividad. Al iniciar su clase nos dijo:

- Estimados estudiantes escuchen por favor y memoricen lo siguiente:

ALBERT EINSTEIN (1879 – 1955) fue un hombre de ciencia genial, creador de la teoría de la relatividad, que revolucionó el pensamiento. En 1905 publicó un trabajo dedicado a la Teoría Especial de la Relatividad. En 1907 obtuvo la fórmula que relaciona la energía y la masa de un cuerpo. En 1915 publica la Teoría General de la Relatividad; de esta teoría se desprenden nuevas leyes de la gravitación y la deducción acerca de la curvatura del espacio. La aportación que hizo Albert Einstein a la física no se limita a la Teoría de la Relatividad, del trabajo de Max Planck saca la conclusión sobre la existencia del fotón, o sea, de una partícula de luz y logra explicar el fenómeno del Efecto Fotoeléctrico por el cual recibe el premio Nobel de la Física en 1921.

El profesor de Ciencias Naturales era un maestro que se emocionaba cuando enseñaba, y daba muestras de sabiduría y de exigencia académica. A los estudiantes más pobres de la clase, regalaba sus libros usados; y a los otros estudiantes que cumplían puntualmente con la tarea les regalaba figuras de artistas y futbolistas famosos. Pues nuestro maestro era tipo fuera de serie, tenía una cultura muy amplia. Nos hablaba de la teoría de los Agujeros Negros, de la temperatura mínima, de la cantidad de carga eléctrica mínima, de la rapidez máxima de la luz en el vacío y de las fronteras de la física.

En la pizarra de color verde oscuro hacia, mapas conceptuales, esquemas, gráficos y dibujos muy lindos, utilizando la regla, la escuadra, el compás y muchas tizas colores. En verdad que su clase realmente era motivadora, todos los estudiantes pretenderíamos hacer igual en nuestros cuadernos.

Cuando explicó el sistema de referencia inercial y no inercial, la fuerza de inercia y el principio de equivalencia se esforzó hasta el cansancio, hablaba fuerte y luego pausado, transpiraba y volvía a insistir con voz fuerte, sin gritar, en lo que consideraba lo más importante de la teoría, en suma era un artista enseñando. Al término de la clase los estudiantes aplaudimos de pie. El también se emocionó, mostró una leve sonrisa de agradecimiento, luego volteo hacia la pizarra, disimuló su nerviosismo observando los gráficos.

Llegamos al mes de diciembre, y nos esteramos que nuestro profesor de Ciencias naturales viajaba a Brasil, a la Universidad de Rio de Janeiro, a estudiar una maestría en Enseñanza de las Ciencias Naturales.

Los estudiantes de mi grado organizaron un “compartir”, se compró gran cantidad de dulces, pasteles, bizcochos, frutas y refrescos, todos querían participar en la reunión de despedida de nuestro profesor Rolando, en la hora de clase de Ciencias Naturales. Tomó la palabra, el tutor, el delegado de aula y otros compañeros que levantaron la mano, unos daban gracias por las enseñanzas y otros preguntaban si el siguiente año seguiría en el colegio enseñando Física y Química. El profesor con mucho entusiasmo y agrado respondía a cada pregunta: ¿Cuándo viaja al Brasil? ¿Por cuánto tiempo? ¿Es casado o soltero? ¿Regresará para el siguiente año escolar? ¿Qué cursos enseñará? ¿Enseñará Física? ¿Enseñará Química?

Después preguntó Paco Oyarzabal:

-En la ciudad de Rio de Janeiro en Brasil, ¿seguirá usted asistiendo los domingos a la capilla de su Iglesia?-

El profesor muy atento respondió:

-En todas las ciudades del mundo, siempre hay una capilla cerca. Seguiré perseverando hasta alcanzar la Exaltación.

- ¿Qué es la Exaltación?

La exaltación es la vida eterna, la clase de vida que tiene Dios. El vive en la gran gloria y es perfecto; Él posee toda sabiduría y todo conocimiento; es el padre de hijos espirituales y es un Creador. Nosotros podemos llegar a ser como nuestro Padre Celestial: eso es la exaltación.
La exaltación es el don más grande que el Padre Celestial puede dar a sus hijos.
Los que reciban la exaltación en el reino celestial por medio de la fe en Jesucristo recibirán también bendiciones especiales:

1. Vivirán eternamente en presencia del Padre Celestial y de Jesucristo.
2. Se convertirán en Dioses.
3. Tendrá con ellos a los miembros de su familia juntos y podrán tener también hijos espirituales, los cuales tendrán la misma relación con ellos que la tenemos nosotros ahora con nuestro Padre Celestial. Serán una familia eterna.
4. Recibirán plenitud de gozo.
5. Tendrán todo lo que nuestro Padre Celestial y Jesucristo tienen: todo poder, gloria, dominio y conocimiento.

Paco Oyarzabal agregó:

-¿Cuáles son los requisitos para recibir la exaltación?

El profesor respondió:

-Para ser exaltados, debemos poner nuestra fe en Jesucristo y perseverar en esa fe hasta el fin de nuestros días. Nuestra fe en Él debe ser tal que nos motive a arrepentirnos de nuestros pecados y a obedecer todos Sus mandamientos.
El Señor (Padre Celestial) nos manda que debamos:

1. Amar y adorar a Dios.
2. Amar a nuestro prójimo.
3. Arrepentirnos de nuestros pecados y errores.
4. Vivir la ley de castidad.
5. Pagar el diezmo y las ofrendas en forma honrada.
6. Ser honrados en nuestros tratos con los demás y con el Señor.
7. Hablar siempre con la verdad.
8. Obedecer la Palabra de Sabiduría.
9. Buscar los datos necesarios de nuestros familiares que han fallecido y efectuar las ordenanzas salvadoras del Evangelio por ellos.
10. Santificar el día de reposo.
11. Asistir a las reuniones de la Iglesia tan regularmente como sea posible para participar de la Santa Cena, a fin de renovar los convenios bautismales.
12. Amar a los miembros de nuestra familia y fortalecerlos para que se mantengan en las vías del Señor.
13. Tener oraciones familiares e individuales todos los días.
14. Honrar a nuestros padres.
15. Enseñar el Evangelio a los demás por medio de la palabra y el ejemplo.
16. Estudiar las Escrituras.
17. Oír y obedecer las palabras inspiradas de los profetas del Señor.
Agregó el maestro Rolando:
-Finalmente, todos debemos recibir al Espíritu Santo y aprender a seguir su guía en nuestra vida-.

Paco Oyarzabal, se ofrece a recitar un poema del poeta César A. Vallejo Mendoza, dedicado a nuestro maestro de Ciencias Naturales, cuyo título es:

LOS DADOS ETERNOS
I
Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haberte tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
tú no tienes Marías que se van!
II
Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
Y el hombre si te sufre: el Dios es él.
III
Hoy que en mis ojos brujos hay candelas
como en un condenado,
Dio mío, prenderás todas tus velas
y jugaremos con el viejo dado…
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.
IV
Dios mío, y ésta noche sorda, oscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.

El profesor Rolando Márquez Ramírez agradeció a Paco con un apretón de manos y luego un abrazo, como de hermano mayor a otro hermano menor. Y agregó lo siguiente:

-El poema de César Vallejo es lindo cuando se refiere a una interacción con Dios. Pero los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, sabemos que, nuestro Padre Celestial, en un tiempo fue hombre como nosotros.
Dios mismo, el padre de nosotros, habitó en un planeta como la Tierra, como Jesucristo mismo lo hizo.
Nuestro Padre Celestial conoce las pruebas por la que pasamos, nuestras debilidades y nuestros pecados. Él tiene compasión por nosotros y es misericordioso, y desea que triunfemos como Él lo hizo.

Finalmente, el profesor Rolando Márquez Ramírez se despidió levantando las manos, diciendo:

- Adiós, nos vemos pronto.

La misma vida de este gran maestro fue una motivación al estudio de las Ciencias de muchos jóvenes que lo conocimos en las aulas. Que nuestro “Padre Celestial” dé larga vida a éste hombre de corazón sincero.


Capítulo Nº 4
LA DESPEDIDA

En marzo de 1973 nos matriculamos en el colegio “San Ramón”, en el tercer grado de secundaria, en el turno mañana. Paco Oyarzabal destacó en matemática y ciencias naturales el año anterior. El 24 de mayo es el aniversario de fallecimiento del papá de Paco. Han pasado ya siete años y Paco seguía recordando a su padre como si fuera ayer. Mi amigo Paco estaba muy preocupado, es costumbre del pueblo de Tarma hacerle una misa recordando a la persona que se fue a otro mundo. Ya tenía las invitaciones para los familiares y amigos de don Pedro Oyarzabal Arellano, la misa sería el domingo a las 10:00 en la iglesia de “Santa Ana”.

Paco nos confesó:

- Estoy escribiendo un poema para el día 24 de mayo, recordando la partida de mi padre de esta tierra tan querida.

Muy sentimental agregó:

- Iremos al cementerio a las 15:00 horas y luego yo lo recitaré frente a su mausoleo. Estoy imaginando el día de su muerte, estoy imaginado como fue su partida. Quiero imaginarme, ¿cómo le hubiera gustado que sea su despedida?

El siguiente es el poema que Paco escribió en memoria de su padre, titulado “Despedida”:

I

He subido a ésta peña para observarte quebrada ají,
pero esta tarde triste he llorado como un niño,
porque he vuelto a escuchar el eco
del bullicio alegre de mi infancia en esta quebrada.
Siento que será la última vez
que observo tus campos verdes, tus eucaliptos,
tus guindales, tu tara-tara, tu champita y tu shojlita.
Siento que será la última vez que escucharé
el dulce cantar de tus picaflores en las mañanas y
el triste canto de tus chiguacos en el atardecer.

II

Siento que me iré a un mundo nuevo,
pero mi Tarma no permitas que me vaya sin fiesta,
quiero una despedida con tus danzas y tus cantos,
quiero bailar en tu Carnaval el melodioso “corta monte”,
quiero sentir el gozo de ser el Padrino de éste último árbol
con mi ágil pareja de encanto juvenil.
Quiero sentir la satisfacción de ser el Mayordomo de la Santísima Cruz del 22 de Mayo en honor al Señor de Muruhuay,
quiero bailar cargando la Cruz adornado con flores frescas,
quiero bailar alzando el Guión bordado con hilos de oro y plata,
quiero sentir el gozo de ser el “guiador punta” de este grupo de chonguinos,
quiero bailar con mi compañera éste mi último paso.

III

Tarma quiero partir de esta vida bailando
tus Mulizas, tus Pasacalles, y un Vals tarmeño.
Tarma quiero partir de esta vida escuchando cantar
al vocalista del barrio Collana, al popular “Ventanita”,
tus Tristes, tus Yaravíes, tus Mulizas y tus Huaynos.
Tarma quiero partir de esta vida escuchando
por última vez al centro musical “Lira Tarmeña”
entonando el huayno “Picaflor Tarmeño”.
Tarma quiero partir de esta vida escuchando
la voz de un bohemio Cantor con sentimiento tarmeño,
los mismos versos que escucharon mis abuelos y mis padres y
los que escucharán mis hijos y mis nietos.

IV

Tarma quiero llevarme el recuerdo de todo lo que me diste:
El canto de tus Palomitas y tus Jilgueritos.
El aroma de tus Flores, de tus Hortalizas y tus Hierbas.
El sabor de tu Pachamanca, tu Picante de Cuy,
tu Caldo de cabeza, tu Chupe de habas, de tu Puchero,
de tus Humitas, de tus Tamales y tus Panes.
El dulce de tus Manjares, tus Maicillos y tus Bizcotelas.
La frescura de tu agua de Puquial y de tu Chicha de Jora.
El frió de tu aguacero de Enero y el calor de tu Sol de Mayo.
La alegría de tus Carnavales y el Amor de mi paisana.

V

Ya llegó la hora de mi partida,
avisen a mi comadre y a mi compadre,
también a mis primas y a mis primos,
a mis tías y a mis tíos,
a mi abuela y a mi abuelo,
a mis hermanas y a mis hermanos,
a mi madre y a mi padre,
a mis hijas y a mis hijos,
quiero despedirme de todos ellos.
Recuerden familiares, amigos y paisanos:
Nada es eterno en la Vida.

VI

Hijas e hijos, no recuerden lo severo y exigente que fui,
les digo que: “sólo cumplí con mi deber de Padre”.
Y tu mujer y compañera no llores más,
te dejo el tesoro más grande: nuestros Hijos,
cuida todos los días su salida y su entrada,
cuida sus pasos siempre.
Y tu mujer y compañera no llores más,
no olvides todo lo que hemos vivido,
en las buenas y en las malas, siempre juntos.
Y tu mujer y compañera no llores más,
te digo: !Adiós para siempre¡

Luego de recitar este poema, Paco, lloró, se calló y otra vez lloró, quizás las lágrimas acumuladas de muchos años, pues de niño no comprendió bien que su padre y amigo había partido de este mundo para siempre. Sus amigos y familiares lo abrazaban y le besaban y otra vez lo abrazaban para consolar esta inmensa tristeza.

Después de muchos años Francisco Oyarzabal Pérez, me escribió una carta, donde me dice:

- Hoy 23 de agosto del 2003 día de mis cumpleaños, que escribo estas líneas tengo 45 años y, a veces, en mi nostalgia, siento la impresión de que continuó siendo una criatura. Ahora soy yo quien enseña Ciencias Naturales a los jóvenes, quien les asiste con textos escolares a los más pobres, quien regala figuritas de artistas a los púberes y reparte bizcochos y caramelos a los niños, porque la vida sin ternura no vale gran cosa. A veces soy feliz en mi ternura, a veces me engaño, lo que es más común.


EPÍLOGO

Los años pasaron, pues el tiempo no espera, Francisco Oyarzabal Pérez estudió Física y Matemática en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado más de 20 textos, de física, matemática y astronomía. Enseña física y matemática en la universidad y los centros educativos privados.

José Llavería De la Canal cumplió 45 años el 22 de mayo del 2003, es un próspero empresario que viaja por todo el mundo, vendiendo reproducciones de las joyas del “Señor de Sipán”, hecho de oro fino de 24 quilates.

Y yo, Jesús Mancilla Palomino trabajo en la editorial “Escuela Nueva” en Lima, escribiendo textos de lectura para niños.

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Licenciado en Ciencias Físicas con experiencia en la docencia y en la edición de textos en todos los niveles de la educación en el Perú. He realizado la labor docente en el nivel primaria, secundaria, preuniversitaria y pre grado (en la universidad) en las asignaturas de Física y Matemática. También he trabajado en la elaboración de textos en diferentes editoriales en los niveles primaria, secundaria, Pre universitaria y Pre grado. En la actualidad estoy escribiendo textos de lectura para motivar a los niños y a los jóvenes al estudio de la matemática y de la ciencia básica. Me considero una persona proactiva, responsable, creativa, puntual, con capacidad para trabajar en equipo y bajo presión. A los lectores se le pide una donación para la publicación fisica de estos artículos: N° de cuenta en ahorro en soles Banco de Credito del PERU 194-17935432-0-96 a nombre de Walter Lauro PEREZ TERREL